Comunicado de la Oficina
de Prensa de la Conferencia Episcopal
Argentina
La Iglesia
ante el proyecto de Ligadura de Trompas y Vasectomía
Al ser de
público conocimiento que en la Cámara de Diputados de la Nación tiene avanzado
estado parlamentario un proyecto de ley que propone la legalización de la
ligadura de trompas y la vasectomía, queremos fijar, con claridad, cuál es el
pensamiento de la Iglesia respecto de un tema que causa un daño irreparable, ya
que se trata de una verdadera mutilación, altamente irreversible,
particularmente para la gente de bajos recursos.
En efecto,
estas intervenciones son una mutilación que privan a la persona de las funciones
de un órgano sano. Por esto mismo no son terapéuticas (pues no curan una
enfermedad, sino que anulan el normal funcionamiento del cuerpo) y su
legalización constituye una violación al derecho humano a la integridad corporal
cayendo así en una insalvable inconstitucionalidad (Pacto de San José de Costa
Rica, art. 5). De convertirse en ley, el referido proyecto podría aplicarse ante
la solicitud de cualquier persona, sin necesidad de que medie indicación médica
alguna, ni consentimiento del cónyuge, ni autorización
judicial.
En el debate
generado por estas iniciativas se dice que este proyecto busca responder a
supuestas necesidades de los sectores más carenciados. Sin embargo cuando se
analiza esta visión, se advierte que constituye una forma de discriminación
hacia los más pobres, dado que la esterilización no soluciona la pobreza,
limitándose a impedir nuevos nacimientos. Los problemas económico-sociales
requieren soluciones económicas y sociales, no médicas.
Lamentablemente el
referido proyecto repite las soluciones del liberalismo salvaje de la década
pasada, ya utilizada en otros países de la región, como lo demuestra la dolorosa
experiencia internacional, logrando que dentro del marco de planificadas
estrategias sanitarias, las personas más pobres se vean forzadas o condicionadas
en su libertad a realizarse prácticas que las limiten de por vida y de las que,
en los hechos, no podrán arrepentirse.
La
responsabilidad social del legislador ante esta decisión es muy grande, pues nos
encontramos frente a una ley con efectos permanentes y duraderos. Como
ciudadanos de esta nación y Pastores del Pueblo de Dios llamamos a cada uno de
ellos y a la ciudadanía en general, a buscar soluciones no mutiladoras sino
caminos de solidaridad y de promoción humana, que sean instrumentos útiles para
trabajar por el bien común y el desarrollo de las personas y las familias,
respetando la dignidad e integridad del ser humano.
Buenos
Aires, 28 de junio de 2006
Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal
Argentina